La nueva realidad… O el mundo pospandemia.

La pandemia nos descubrió, nos quitó de encima el manto de artificialidad que nos cubría. Nos hizo mostrarnos en la desnudez de nuestra vulnerabilidad. La nueva realidad, que emerge a raíz de una pandemia que aún no ha terminado, nos impele a una nueva mirada, de índole antropológica, de las empresas como microsistemas sociolaborales, donde debe prevalecer el Ser… por encima del Hacer, del Saber Técnico y, más aún, del Tener como meta.

El mundo empresarial se reactiva, después de la pandemia, aunque ésta aun no ha terminado. Más aún, cuando se habla de una nueva pandemia o de pandemias subsiguientes.

Pero… ¿Se trata de una reactivación en tanto volver a lo de antes, o de una nueva activación de lo empresarial, por una parte, y de lo sociolaboral por la otra… ante los aprendizajes obtenidos de la ingrata experiencia de la pandemia?

Sí, se trata de lograr la integración armónica el Negocio o la producción de bienes y ganancias, y la Gente que mueve y hace posible la producción y la obtención de beneficios… Lo prioritario es la gente, en tanto bien dispuesta para el trabajo y, a la vez, identificada con la Empresa y satisfecha con los logros en el trabajo.

Un gran filósofo fue el primero en escribir metódicamente acerca de la pandemia: Edgar Morin, el prestigioso autor de El Pensamiento Complejo y de Los Siete Saberes para la Educación del Futuro. En su nuevo libro “Cambiemos de vía: lecciones de la pandemia”, él plantea la necesidad de un nuevo Humanismo, regenerado; habla de un despertar de la solidaridad y de “reformas de civilización, de sociedad…. vinculadas a reformas de la vida”. Y nos dice que “el peligro, si no afrontamos los nuevos desafíos, será una gran regresión intelectual, moral y democrática”.

Hay que superar el pragmatismo que nos hizo perder de vista lo esencial de la existencia humana. Se nos presenta como prioritario un desarrollo de la conciencia, más que de la inteligencia utilitaria que nos “elevó” hasta un alto grado de vulnerabilidad, desde donde hemos caído estrepitosamente.

La nueva realidad nos replantea el tema de la libertad, pero desde una dimensión ética y holística. Libertad no en tanto derecho y facultad para elegir o decidirse ante la diversidad de opciones que ofrece el mundo, sino en tanto facultad crucial inseparable de la responsabilidad. Se trata también de ser capaz de asumir los resultados de la acción libre. Es la libertad éticamente sustentada.

Finalmente, en el nuevo escenario pospandemia, resurgen temas como el respeto mutuo que deriva de la confianza recíproca, de una revaloración de la autoestima sobre la base de lo esencial de la vida.